By Utopía (kaykantauri-cronista)
Caperucita siguió andando desesperada.
Hacía un momento estaba con su madre y sus hermanos. Ahora vagaba sola, rodeada de gente desconocida. Era tan pequeña que no alcanzaba a ver nada a su alrededor. Todo era un mar de piernas y telas de colores.
Como pudo llegó a un banco y se subió. No alcanzaba a ver las luces.
-Si os perdéis, caminad hacia las luces de colores que adornan la fachada del Ayuntamiento. Sobre todo, no os vayáis con ningún desconocido, había dicho mamá.
De repente él apareció a su lado, puso la cabeza bajo su mano y tiró. Ella pensó un momento, pero no le pareció que entrara en la categoría de desconocidos peligrosos. Mamá solo hablaba de hombres malos.
Al cabo de un buen rato llegaron a las escaleras y escuchó su nombre repetido una y mil veces.
En cuanto pudo se volvió pero había desaparecido.
Nunca olvidó aquel carnaval.
#150 palabras es una propuesta de Marta (Diario de Algo Especial) para escribir un microrrelato.
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PD. A veces hay que dejarse ayudar.
*Si te gusta lo que lees, sígueme.
pero qué bonito!!!!!!!! yo también creo que los extraños peludos de 4 patas no entran en la categoría de desconocidos peligrosos..jejejeje
ResponderEliminarHay que hacer caso al instinto.
EliminarMuchos besos
Sin palabras, un besazo
ResponderEliminarUn abrazo, Anya. Nos vemos
EliminarLos pobres no tienen porque ser malos... por mucho que lo diga un cuento. ;-)
ResponderEliminar¡Qué interesante! Le has dado una nueva vuelta de tuerca al relato
EliminarBssss
Oh..para algo son los mejores amigos del hombre no? ¿Por qué hay que tenerles miedo?
ResponderEliminarFeliz semana!
Caperucita confió por instinto y le salió bien.
EliminarGracias por pasarte y comentar, Lydia.
Bssss
Me gustan mucho mucho tus relatos cortos!!! Escribes verdaderamente bien!! Conciso y contundente. Abrazos.
ResponderEliminarNo creas, me cuesta mucho dejarlo en 150 palabras. Ya sabes...soy de letras y tiendo a enrollarme.
ResponderEliminarMuchos besos