El aire se deslizaba templado por su piel mientras contemplaba el mar. Sabía que no volvería en mucho tiempo. Sabía también que hacía lo correcto. Siempre hacía lo que había que hacer, lo que estaba bien.
Hubo un tiempo en que reflexionó mucho sobre muchas cosas. Durante unos días pensó en rebelarse, mandarlo todo a paseo, huir de aquella vida que nada le aportaba y VIVIR, sí, vivir con mayúsculas haciendo solo lo que le diera la gana. Pero el impulso pasó y la cordura se impuso al tocar de nuevo aquel pedazo de tela, tan querido para ella e invisible para los demás, y se dio cuenta de que no sirve de nada intentar escapar. Si huyes sin resolver tus problemas, siempre irán contigo.
Necesitaba tiempo para serenarse e idear un plan y de eso tenía de sobra: exactamente los nueve años y un día que él pasaría allí encerrado.
Con esta entrada participo en el reto #150 palabras propuesto por Marta (Diario de algo especial)
Puedes leer más relatos aquí.
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PD. Luchar por lo que quieres forma parte de la belleza de la vida.
No me esperaba ese final, muy buena vuelta.
ResponderEliminarMe gusta sorprender.
EliminarBsss
Me ha gustado mucho y que razón la posdata
ResponderEliminarAunque a veces no se consiga, luchar por algo o por alguien hace que nos sintamos vivos.
EliminarBsss
Muy bueno!! Abrazo!!
ResponderEliminarQue te guste a ti es todo un lujo.
EliminarUn abrazo enorme