EL PASEANTE
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| Fuente: urbinavinos.blogspot.com |
Paseaba lentamente junto al mar. Contemplaba a lo lejos el Puerto Viejo de Algorta mientras su mente organizaba las tareas del día siguiente.
Casi sin querer se fijó en unos gorriones que jugaban a perseguirse mientras se disputaban los restos de un bocadillo que había en el suelo.
Se sentó en un banco a contemplarles y descubrió que eran felices en sus pequeños juegos. Que no se preocupaban por cómo sería su vida cuando fueran viejos y tuvieran achaques, cuando los hijos se fueran y algunos amigos partieran también. Entendió que la vida está hecha de pequeños momentos como aquel y que esos eran los verdaderos tesoros, que cada uno tiene su destino en el Teatro de la Vida, pero siempre puede variar el rumbo.
Se levantó con nuevas energías y decidió que cuando se sintiera triste o desanimado solo tenía que acercarse a la Naturaleza y dejar de pensar.
*Recuerda: "Piensa menos, siente más"
Precioso
ResponderEliminarGracias por pasarte y comentar.
EliminarUn abrazo
Qué verdad es. Me ha encantado. Además lo he respirado, paseando, la brisa del mar y llega ese instante de paz. Gracias!
ResponderEliminarMuchas gracias!
EliminarYo debería vivir más y darle menos vueltas a las cosas, disfrutar más y sufrir solo lo justo, pero a veces es tan difícil...
Un abrazo
No sabes cómo me llega este post porque esto días ando inmersa en esas reflexiones y en trabajarme la confianza en la vida o el universo, y no es nada fácil tal como están las cosas.
ResponderEliminarGracias y un beso
No es nada fácil, Celia. Yo lo tengo cada vez más claro y a pesar de eso lo olvido con frecuencia y pierdo un tiempo precioso.
EliminarTodo irá bien. Confiemos en la vida y en nosotras mismas que valemos mucho.
Un abrazo