Definitivamente aquel niño estaba triste. Pasaba los recreos sentado en una esquina.
Preguntó a otros profesores por si alguien más se había fijado. Sí, le respondieron, desde que se les acabó el subsidio...
Dos días más tarde le pidió que utilizara su imaginación y diseñara un robot para el Taller de Maquetas, le llevó cómics que acababa de comprar con la excusa de que los tenía por casa y nadie los leía... pero lo que le hizo hablar fueron las galletas. Fue como si hubiesen abierto unas compuertas. Le dijo que tomaba un vaso de leche cuando se podía y que había descubierto que sus padres no lo hacían algunos días para que se la tomara él. Le contó (con ocho años, por dios) que su papá había cambiado aunque les quería mucho y que su mamá lloraba.
Comprendió que el verdadero peligro era consentir una generación de niños sin risas. El primer paso era ir a votar. Y fue.
Fuente:Rama |
*Si quieres cambiar algo, da el primer paso. Actúa.
Ojala cambien las cosas
ResponderEliminarMuchas familias lo están pasando muy mal.
EliminarFeliz semana, Anya!
Siempre se puede cambiar, y buscar el verdadero motivo por el que tenemos que movernos día a día.
ResponderEliminarSolo hay que creérselo y dar el primer paso.
EliminarPrecioso y premonitorio.
ResponderEliminarAbrazo.
Lo he escrito a modo de conjuro.
EliminarBssss, A.