Le gustaba cantar mientras conducía. La ruta que tocaba ese día le resultaba tan familiar como el pasillo de su casa.
Decidió parar a comer en el siguiente pueblo, en un restaurante familiar con una estupenda comida casera.
Aparcó en la plaza y entró. Le extrañó el silencio y que nadie saliera a atenderle. Avanzó hasta el mostrador sin entender nada y cuando estaba a punto de darse media vuelta y marchar las campanas del pueblo parecieron volverse locas.
Alterado salió a la calle. Al acercarse a la iglesia las puertas se abrieron y salieron los novios y detrás familiares y amigos. Celebraban la boda del dueño del restaurante y todos habían ido a verla.
Crédito de la imagen |
Volvió sonriendo al coche y condujo hasta el siguiente pueblo mientras pensaba cuánto influyen las series americanas. Por un momento había pensado en cadáveres, asesinos e investigaciones. Menos mal que nadie se enteraría.
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jejejejeje... me ha pasado lo mismo... ya creía yo que el protagonista estaba muerto y que nadie le veía y que él aún no se había enterado... debo leer más y ser más positiva.. jejejeje... me ha encanta la historia ;)
ResponderEliminarNuestra mente va muy deprisa y analiza a velocidad de vértigo muchas posibilidades sin tener los suficientes datos.
EliminarGracias por pasarte y comentar. Un beso fuerte
¡Un giro muy interesante!
ResponderEliminarGracias. Bsss
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