Era un domingo cualquiera. Se miraba las manos mientras escribía.
Aquellas manos que habían amado tanto, acariciado tanto, soñado tanto... estaban ahora ociosas sobre el teclado.
La vida juega a veces malas pasadas. Decepcionas y te decepcionan. Sufres y haces sufrir. Llega un momento en que no se puede más y hay que parar, dejar a un lado el deseo de un futuro cálido, a su lado, y alzar el vuelo.
Alzar el vuelo no es huir que es lo que más desea. Es sobreponerse y planear por encima de esta vida esperando el momento de volver a sentir el olor de otra persona que nunca ha olvidado, su mano fuerte, los abrazos que le hacían sentirse seguro y compartirlo todo, para toda la eternidad, cuanto más lejos mejor. Afortunadamente el tiempo corre a su favor.
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Y tú, ¿qué es lo que más deseas?
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*Si yo tuviera el tiempo en mis manos, volvería a hacer lo mismo otra vez (Nelson Mandela)
Parece que estas palabras nos han hecho sacar sentimientos muy profundos ;) Has dado en el quid de la cuestión: hay que sobreponerse. ¡Un abrazo!
ResponderEliminarY desprenderse de las cosas y de las personas que lastran nuestra vida aunque sea muy duro.
EliminarBssss, nos leemos
Precioso relato, estoy con Almu que estas palabras os han llegado muy adentro, y lo habéis mostrado en palabras de manera especial.
ResponderEliminarHas hecho diana con las palabras de hoy
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